Defraudarme a mí mismo, siempre puedo hacerlo, pero tiene un costo.
Puedo decir que mañana empiezo una nueva actividad, lo que sea, pero llega el mañana, y pospones. Dicen que la palabra es procrastinación. Pero, cómo encuentras la motivación que hace falta cuando todos los días aparecen nublados.
Estos días de septiembre. Estación del año: Otoño.
Quizá ir más lento. Detenerse a mirar una grieta en la banqueta. Imaginar la perspectiva de una hormiga ante esa grieta, para ella un valle enorme, un gran cañón.
Entonces me doy cuenta de que la vida no es tan mala.
Es un 50/50, diría yo.
Aunque no negamos que hay vidas terribles. Y cómo salir de ahí, de esa espiral de humo que consume. Que te hace perder el impulso, las ganas de hacer, crear, decir.
Cómo se inspiran las vidas de aquellos que sufrieron en verdad el terror que otros les han inflingido.
Ojalá lo supiera.
Pero, si puedo decir que mi vida tiene altibajos, entonces seguro que muchos otros también. Para ellos les digo que intenten contar los pájaros que pasan volando. Que lean tanto como para encontrar libros que te dicen algo. Canciones que te toquen lo íntimo. Olores que hagan remover los recuerdos.
Esperar, detenerse, respirar hondo cuando el pecho se comprime. Ver videos de perritos y gatitos.
Para que cuando por fin te inspires, sacas adelante ese comienzo, y ya no detenerse, continuar con el impulso. Hacer lo que te has prometido, sin importar el resultado.