«Foto de Patrick Fore en Unsplash
Qué más puede temer alguien que quiere escribir, decir cosas. Como el viejo que habla y siente el hecho de que nadie lo escucha. Que no hay un interlocutor, o peor aún, que lo hay pero no le presta atención. Entonces así comienza la duda.
Y cuestionas tus desiciones y tu valor propio.
¿Pero qué haces cuándo nada más te apasiona? Cuando sabes que cualquier otra actividad no es lo que quieres. Por lo menos ahí tenemos una certeza. Y tener una es todavía tener un poco de esperanza.
Porque lo peor es no saber nada de nada. Andar a ciegas por el mundo.
Saber que solamente quieres holgazanear y la única forma de obtener dinero es pedir limosna, pues pídela de la mejor manera, sé el mejor limosnero del mundo. (Sea lo que eso signifique).
Entonces como escritor eso temes. Y más cuando no quieres caminos alternos. Escribir historias de otras personas, corregir textos, etcétera… esas cosas que en realidad no es lo que quieres.
Qué únicamente quieres dedicarte a escribir las historias que captas, y de eso vivir, que de eso puedas poder pagar los gastos de luz y de gas y de agua, porque también tenemos que tomar un baño de agua caliente de vez en cuando; y poder ir al supermercado… Incluso alguna que otra semana ir a una cafetería, comprar un libro para retribuir a la comunidad de los que escriben.
En fin. Para escribir esto primero busqué en internet algo parecido, no hay mucho aunque en realidad no hice una búsqueda exhaustiva, sin embargo encontré un blog de un escritor Español. Entre sus entradas tiene una que va de esto de ser un fracasado, en particular un escritor fracasado.
Dejo el Link: https://hojaenblanco.com/posts/sobre-ser-un-escritor-fracasado/
Lo importante creo es no abandonarlo, aunque como el hombre del artículo de hojaenblanco, no se puede, o como Charles Bukowski dijo: o la literatura muere en tí, o nunca te abandona hasta que mueres. Por el momento me siento como el segundo. Ya lo dirá el paso de los años.
Como dije lo importante es no abandonarla, continuar incluso a pesar de el resto de la vida.